Deslumbrante Fantasía - 2

Hola a todos, siento mucho que ayer no puliera bien el primer capítulo, pero lo que me paso fue que había pensado que lo había hecho, y si no llega hacer porque me avisarón ni cuenta me doy. Así que mañana pondré bien el primer capítulo, pero mientras disfrutar de la segunda parte del capítulo 1.


Capitulo I - Parte II

Sentí como Dylan pasaba por mi lado y me susurraba – No bebas mucho preciosa no quiero tener que pegarle a algunos idiotas. – desapareció tan rápido de mi visión que volví a posarla en mi amiga.

Levantaba las manos a modo de protegerse de la reprimenda que le iba a echar. – No por favor, solo lo diré una vez, perdón, vale, así que ahórrate el discurso y vamos a pasarla bien. – cogió un vaso de los chicos que pasaban por su lado, mientras caminábamos hacia la entrada de la fiesta.

- U de acuerdo estás perdonada y solo por esta vez, ya estoy cansada de discutir con él y de explicarle que no pienso volver con el.- dije pasándome una mano por mi pelo.

Me miro durante unos segundos tratando de encontrar algo escondido entre mis palabras.- Olvidemos de todo por hoy, y a disfrutar, no todos los días se van tu padre y te dejan sola. – grito mientras se subía el pelo castaño oscuro alborotándolo un poco dándole un aire de fiestera. Sin duda con ella la fiesta ya estaba en su máximo apogeo.

Me adentre en la multitud para perderme a lo poco entre risas y baile, mucho baile. Con mi loca amiga. Después de pasar unas cuantas horas y tener los pies tan cansados decidí que era momento de ir a sentarme unos minutos y reponer nuevas energías.

Como a cada rincón al que intentaba ir estaba repleto de parejas haciendo cosas las cuales mejor no mencionar o algún que otro loco haciendo vete a saber el que. Creo que en mi vida había pedido tantas disculpa, pero por fin suspire al ver un sitio al que nadie podía llegar y estaba desierto.

El parque trasero que el padre de Dina mando a construir para su 16 cumpleaños estaba repleto de flores rojas con blanco, los colores preferidos de Dina. Y en el centro de tantas flores una fuente de una bailarina de valet de cristal, reluciente a la luz de la luna, me acerque y metí la mano en el agua la cual era fría, aunque no mucho, o no lo sentía por el alcohol que ya tenía en mi sistema.

- Que alivio, paz por fin .- dije cerrando los ojos, pero los abrí rápidamente al escuchar un crujido cerca de los matorrales, pero suspire al ver que era un conejo blanco como la nieva y unos ojos oscuros como la misma noche mirarme fijamente. – O no te asustes pequeña, ven no te arre daño- repetí unas cuantas veces tratando de acercarme a ella. Pero cuando estaba a punto de acercarme una voz hizo darme la vuelta.

Volví a buscar con la mirada al animalito pero no estaba por ningún lado .- te estaba buscando Kate, ha pasado algo – dijo ella apresuradamente mientras trataba de recuperar el aliento, síntoma de que había estado corriendo para poder llegar a mí. – es…. Es….
La corte al ver que se repetía unas cuatro veces, la sujete de los hombros – mírame, respira hondo y vuelve a respirar. – vi que se estaba calmando y asentí con la cabeza en señal de que lo estaba haciendo bien. – Muy bien, Ahora dime que paso, ¿de acuerdo?. – la vi asentir frenéticamente pero la deje hablar.
- Tienes… tienes que ver… lo que paso… en la noticia. – me decía ella cogiendo aire una y otra vez.
- ¿En la noticia?, pero que va a pasar en la noticia para que te pongas así. – dije tratando de pensar en algo y pensé lo peor, en sus padres teniendo un accidente en el avión, pero no creo que fuera eso, si no ya estaría en lagrimas, al ver que no se me ocurría nada decidí seguirla. – venga vamos a dentro mejor y lo veo, porque no creo que puedas decir nada en esas condiciones. – empezamos a caminar pero volví a escuchar el mismo sonido de antes, mire atrás buscando al animalito que había visto antes, pero lo que encontré fue unos ojos azules claros, como el mar mirarme fijamente, y un chico que debía de ser el mismo dios griego, porque en la vida había visto tanta belleza.

- Kate… Kate vamos. – me dijo Dina al ver que me había parado en seco, la mire a los ojos y vi angustia y mucha ansiedad por lo que decidí volver a caminar y saber por fin que había pasado. – Que ocurre porque miras hacia el bosque.

Mire una vez más atrás, pero el chico que hace unos segundos había cautivado mi atención, no dejo ni rastro, era como si nunca hubiera estado ahí. – Nada.. no miro nada, vamos adentro .- dije para olvidarme del chico, lo más seguro es que lo hubiera imaginado.

Después de caminar unos segundos y sentir los brazos de Dina sujetarme fuertemente al entrar en la casa por la puerta de atrás, sentí una brisa fría como si anunciará que el caos se acercaba. Pero lo que me dejo aturdida fue como la fiesta se había parado en seco y todos los que momentos antes estaban contentos y bailando estaban con una mirada indescifrable en sus rostros y otros de lastima. Algo que hizo que mi ceño apareciera a grandes rasgos.

¿Qué podía hacer que una fiesta se detuviera?¿Llegaron los padres de Dina?, esa última pregunta fue descartada. Las personas nos iban abriendo el paso mientras caminábamos hacia el salón y una amplia pantalla que hace unos minutos estaba con los últimos videojuegos ahora estaba una casa en llamas, era casi irreconocibles, todo alrededor parecía de película.

Camiones de bomberos intentando extinguir las llamas, policía custodiando la zona, mi corazón se había detenido hace minutos, nada más ver la casa y reconocerla, no hacía falta escuchar a la periodistas que ahora decía como se encontraban en la zona de un atentado en la casa del Capitán del FBI, la cual sufrió una fuerte explosión… No pude escuchar nada más mientras todos me miraban, no preste atención a sus miradas, vi como Dylan se acercaba a mí. Pero di un paso atrás.

- Dina dame tus llaves – dije, mientras extendía mi mano, ella sabía a que me refería, porque me la dio sin dudarlo. Aunque había duda unos instante.

- Pero te acompaño – dijo después de unos segundos siguiéndome el paso, no dije nada mi cabeza estaba llena de imágenes, solo quería saber que había pasado y saber si mi familia estaba bien. Lo peor pasaba por mi mente al escuchar en la radio que habían descubierto entre los escombros cuatros cadáveres todavía sin identificar. El coche rugía mientras aceleraba, me importaba muy poco la velocidad, no pensaba en mi amiga a mi lado tratando de darme fuerzas para que me calmara.

Tenía un destino en mente, mi casa la cual no podía quitarme de la cabeza en el estado que estaba, mientras más nos acercábamos más se podía oler el humo, ese olor a carne quemada y miles de olores diferentes llenando mis fosas nasales. El fuego se podía ver a la distancia y si por la tele daba miedo ahora me aterraba.

Mi cuerpo empezó a temblar y a duras pena sentí la mano de mi amiga en mi hombro, sabía que me estaba hablando pero no entendía nada. Vi un control policial a poco metros, pero no me detendría no ahora, no cuando esto estaba pasando.

- Detente… Kate…Para- Escuche el grito fuerte de Dina haciéndome parar en seco causando un fuerte chirrido al pisar los frenos de golpe, hasta los policías nos miraban con un semblante de asombro.

Todos empezaron a acercarse hacia nosotras, yo me baje rápido dejando las llaves puesta, me quite los tacones y los tire al suelo, todo olvidado detrás de mí, corrí y corrí pasando por el lado de los policías que me intentaron detener. – Para, señorita no puede pasar. – me gritaban. – No vez que se está incendiando. – Decían, sentí unos fuertes brazos sujetarme pero no se como lo hice para soltarme.

- No ... dejarme pasar. – hable, o mejor dicho les grite.

Al poco tiempo seguía sintiendo el asfalto sobre mi piel desnuda mientras corría, llegue hasta donde estaban los bomberos. Entre unos cuatro policías me detuvieron, todos me miraban con lastima, debían de saber quién era. – Dejarme por favor. – suplicaba mientras caía de rodillas, no sentí dolor, o era demasiado poco comparado con el que sentía con el miedo de perder a mi familia.

- Kay, mama, papa. – gritaba una y otra vez mientras mis brazos trataban de protegerme contra el dolor pero eso era imposible.

Los policías me alejaban contra mi voluntad después de haber pasado unos minutos gritando una y otra vez. – Vamos está heridad señorita necesita atención medica. – Yo herida o estaban locos o demasiados influenciados por el humo para ver que estaba bien, y solo quería entrar a buscar a mi familia.

- No… por favor soltarme…. Por favor. – repetí una y otra vez, pero era en vano lo más seguro tenían miedo de si me soltaban entrara en la casa, y bueno a quien intento engañar eso haría, si no me estuvieran sujetando. – Joder soltarme, maldición sois idiota mi familia está ahí dentro. – grite, pero antes de que siguiera gritándole de todo escuche una voz que conocía bien.

La escucharía a miles de kilómetros, uno de los subordinados de mi padre, no me acordaba de su nombre, mis neuronas no funcionaban, no en este momento. – Soltarla chicos, yo me encargo de ellas, ir a ayudar. – dijo mientras todos dudaban en soltarme y dejarme al cargo de un solo agente, si hizo falta cuatro para detenerme que le hacía pensar que uno era suficiente. – Es una orden. – al decir estos todos me soltaron .

Pensaba que esta vez iba a correr pero fue lo contrario mis pies se quedaron parados como una estatua en el mismo lugar, escuchaba el sonido de agentes por todos los lados, las ambulancias llegando una tras otra, policías y coches tras coche. Sabía que Miki… no Mike me decía algo pero no sabía el que. – Cálmate Kate estoy aquí. – dijo sujetándome fuertemente contra su pecho, el calor me inundo y en ese entorno familiar deje que las lagrimas fluyeran como un mar de rio, sin duda alguna al paso que iba acabaría mojando su chaqueta de marca, pero eso pareció no importarte, sentí sus fuertes manos por mi pelo, trantando de calmarme.


Y hasta aquí lo dejo por hoy, para entrar a la maratón y ver el resto de los blogs que participan entrar aquí.

Para los que no hayan leído la parte 1 - Aquí
Que tengáis un buen día

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